El aceite de coco ha atraído mucha atención de las personas por los numerosos beneficios que aporta a la salud. Y por buena razón, ya que sus beneficios van desde ayudar a adelgazar hasta a fortalecer el sistema inmunológico del cuerpo, lo que mejora el nivel del colesterol, el funcionamiento de la tiroides y el nivel de fatiga, entre otros.
Cuatro cucharadas por día. Esa es la cantidad media recomendada para el consumo del aceite de coco, una grasa saturada, pero de origen vegetal, que está siendo muy usado,no sólo por quienes están a dieta, sino también a aquellos que necesitan controlar problemas de salud.
“El producto 100% natural tiene propiedades que favorecen la pérdida de peso, reducen el colesterol malo y hasta controlan los niveles de azúcar en la sangre”, señala la nutricionista Eduardo Medeiros, de la clínica Espacio Nutrición, en São Paulo.
Controla la compulsión por carbohidratos
Además de todos estos beneficios, el aceite de coco sin duda debe ser un alimento que no puede faltar en la dieta de quien tiene diabetes o a aquellos que son débiles con una golosina. Y al igual que los alimentos ricos en fibra, ayuda a mantener niveles estables de glucosa en la sangre y no estimula la liberación de insulina, lo que reduce la compulsión por hidratos de carbono.
A diferencia de otros aceites poli-insaturados, que dificultan la entrada de insulina y otros nutrientes dentro de las células, el aceite de coco favorece esta entrada Y por lo tanto, el nivel de azúcar en la sangre se normaliza.
Promueve la sensación de saciedad
Por ser una grasa, el aceite de coco tiene una digestión diferenciada. Este permanece más tiempo en el estómago que los carbohidratos, lo que aumenta la sensación de saciedad. Con el apetito reducido es más fácil manejar la voluntad de picotear todo el día, hábito que puede sabotear la dieta y, por lo tanto, el deseo de adelgazar.
Acelera el metabolismo
De acuerdo con la nutricionista María Fernanda Cortez, de la clínica Nutri & Consult, en São Paulo, si se consume diariamente, el aceite de coco aumenta el gasto energético del organismo. “Estimula el funcionamiento de la glándula tiroides, que está directamente ligada a nuestro metabolismo, lo que aumenta la quema de calorías”, explica la profesional.
Así, no es bueno hacer dietas si esa glándula y, en consecuencia, su metabolismo no está funcionando adecuadamente.
Mejora el estreñimiento
Por tener una rápida absorción y solubilidad, el aceite de coco también es amigo del intestino. “Sus componentes actúan normalizando el tránsito intestinal”, dice Eduardo Medeiros. Las acciones beneficiosas para el intestino también vale en el caso de que el intestino flojo, ya que ayuda a eliminar bacterias y favorece el crecimiento de la flora intestinal saludable.
Reduce el colesterol
El buen funcionamiento de la tiroides, favorecido por el consumo de aceite de coco, también garantiza la reducción del colesterol LDL (colesterol malo) y la elevación del colesterol HDL (colesterol bueno).
“Esto se produce porque esta glándula puede metabolizar este componente en la formación de hormonas esenciales”, explica la nutricionista María Fernanda. Con la normalización de los niveles de colesterol sanguíneo hay disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Fortalece el sistema inmunológico
Otro de los beneficios del aceite de coco es el fortalecimiento del sistema inmunológico. “El actúa en el combate y la prevención contra el ataque de hongos y bacterias que amenazan nuestra salud y además mejora la absorción de nutrientes, reforzando las defensas del organismo”, explica María Fernanda.
Esto se produce debido al ácido láuricos, también presente en la leche materna y que tiene el poder de combatir numerosas infecciones.
Combate el envejecimiento prematuro
“El aceite de coco promueve la disminución de radicales libres presentes en el organismo, responsables del envejecimiento celular”, señala a María Fernanda. Según ella, esto sucede gracias a la acción de los componentes de la vitamina E, presente en el aceite.
Hasta cierto nivel, los radicales libres son beneficiosos para el cuerpo, pero la acumulación puede causar no sólo el envejecimiento prematuro, como también el desarrollo de un cáncer a consecuencia de la oxidación de las células sanas.