¿Tienes por costumbre pone un vaso de agua en tu mesita de noche y tomártela al despertar? ¿Alguna vez has notado que esa agua tiene un sabor diferente y un tanto extraño?
A diferencia de la comida, el agua natural no contiene azúcares ni proteínas susceptibles de ser contaminadas por microbios. Sin embargo, hasta ahora no se había encontrado explicación a ese sabor extraño que adquiere el agua que estuvo toda la noche apoyada al lado de tu cama.
De acuerdo con el Dr. Kellogg Schwab, director de Johns Hopkins University Water Instituto, este vaso de agua que se queda a la intemperie a temperatura ambiente, pasa por un proceso de invasión de microorganismos a lo largo de la noche.
Muchas bacterias y polvo se van acumulando en ese vaso de agua. Cuando el agua se expone al aire, absorbe dióxido de carbono y una pequeña parte de ese CO2 se convierte en ácido carbónico, lo que significa que esa agua destapada ha sufrido cambios relevantes en su composición química. Cuando el ácido carbónico suelta uno o dos protones se convierte en carbonato o bicarbonato, bajando el pH del agua y por ello es que cambia el sabor.
Así pues ese vaso de agua que estuvo a tu lado toda la noche, está lleno de bacterias y polvo que normalmente se encuentran en el ambiente. Ojo! esto no significa que el agua esté dañada, pero luego de todo lo que ha sufrido durante la noche es mejor pensarlo dos veces sobre si deberías beberla o no.